EL MAÍZ TRANSGÉNICO CONTAMINARÁ LAS VARIEDADES ORIGINARIAS DE BOLIVIA



18 de mayo de 2017


Están en riesgo 77 variedades nativas que posee el país. Además, la importación y el uso de semillas genéticamente modificadas vulneran 10 normas legales.

El maíz transgénico pone en riesgo la diversidad genética de 77 variedades nativas de maíz en Bolivia y con esto peligra la soberanía y seguridad alimentaria del país. Así lo manifiestan miembros del Comité Científico de Biotecnología (CCB), luego de la denuncia realizada la semana pasada por la Plataforma Bolivia Libre de Transgénicos, que hizo pública la presencia de maíz genéticamente modificado de la variedad Round Up Ready (RR), resistente al glifosato, detectado mediante pruebas moleculares  en marzo de 2017, en el campo 20 de la colonia menonita Pinondi, ubicado a 15 kilómetros de Charagua.  

“El maíz es un cultivo que se cruza fácilmente entre diferentes variedades. Probablemente esa es la razón que, por ejemplo, en México y Bolivia se tienen tantas diferentes razas. Entonces, al tener esa contaminación con el maíz transgénico se pierde control sobre la diversidad genética del maíz nativo de Bolivia. Esto se contamina con un gen que no es ni de la misma planta ni del cultivo”, explica la Dra. Nataly Ascarrunz, bióloga molecular, directora del Instituto Boliviano de Investigación Forestal y miembro del CCB. 

Es por esto que en Estados Unidos se cuenta, recientemente, con una ley por la cual se puede procesar legalmente a Monsanto por la contaminación de variedades convencionales con polen de variedades transgénicas. (http://bit.ly/2nFVhae #HouseBill2739)

En 2016 el gobierno nacional realizó la importación de aproximadamente 80 mil toneladas de maíz transgénico desde Argentina. Lo que no se sabe es qué tipo de variedades genéticamente modificadas ingresó al país y que ha puesto en peligro a los propios productores de maíz que corren el riesgo de tener una mayor dependencia a las empresas promotoras del maíz transgénico que es dependiente de los agrotóxicos; es decir, al paquete tecnológico de las corporaciones. Con ello se destruye lo poco que existe en investigación e innovación tecnológica nacional, destinada al mejoramiento de semillas y al control de plagas y enfermedades. 

Ascarrunz señala que en el caso del maíz transgénico Bt, éste produce una toxina, y cuando se mezcla con el nativo, el Bt puede traspasar su gen y sobreproducir esa toxina adentro del maíz originario, y eso podría tener un impacto en la salud humana y en la eliminación de insectos benéficos, como las abejas y otros polinizadores de los cuales depende la producción frutícola. "En realidad esa es una de las mayores preocupaciones con el tema de los transgénicos en el maíz”, apunta la bióloga.

Para Miguel Ángel Crespo, investigador, director de PROBIOMA y miembro del CCB, el tema es preocupante. “Las 77 razas de maíz que existen están diseminadas en todo el país y tienen una gran importancia porque están adaptadas a diversos ecosistemas, climas, suelos y son la base de una amplia diversidad de alimentos que se consumen al ser la base de su alimentación. La contaminación de todas las variedades de maíz nativo destruirá la soberanía y la seguridad alimentaria, a la vez que agudizará mucho más la subnutrición que existe en Bolivia y que alcanza al 24%”, señala.

Crespo dice que uno de los riesgos es la pérdida de las características intrínsecas de las variedades originarias y habrá una “homogeneización de la semilla” con la consecuente pérdida de la diversidad alimentaria, que “es parte fundamental de la seguridad y soberanía alimentaria de uno de los cultivos que es la base de la alimentación de todos los bolivianos”.  

Los riesgos en el uso de maíz transgénico son diversos, desde la afectación en la salud humana hasta el impacto negativo en los ecosistemas y en la economía nacional. El agricultor pasará a depender cada vez más de la importación de semillas transgénicas con su respectivo paquete tecnológico, tal como ocurre actualmente con la soya.

Por su parte, el Dr. Roger Carvajal, investigador científico, docente universitario de la UMSA y miembro del CCB, explica que, tal como lo ha señalado la Organización Mundial de la Salud, “los alimentos transgénicos afectan a la salud tanto de los consumidores, como de los cultivadores,  precisamente por su composición que incluye moléculas extrañas a los alimentos (productoras potenciales de cáncer y otras enfermedades) y que, por tanto, son ajenas al proceso de co-evolución que ha mediado nuestra relación con las especies que cumplen el papel de alimentos en la naturaleza”.

Respecto de la contaminación, Carvajal explica otra manera de que esto ocurra. “Los riesgos para el ecosistema provienen tanto de las semillas transgénicas como del herbicida”.

La importación de maíz transgénico y su uso tendrá efectos en la producción y en la salud de los consumidores. Pero además, esta acción ha vulnerado 10 normales legales, entre ellas la Constitución Política del Estado, el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología y la ley de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria.

El potencial boliviano: la biodiversidad
Bolivia está entre los 10 países más ricos el mundo en biodiversidad. Esa ventaja comparativa no es aprovechada para el desarrollo  sostenible y la generación de ingresos económicos, la industrialización del país, la innovación tecnológica, la investigación científica y el empleo. El mejor ejemplo es el modelo de la producción de soya que existe en el país. Bolivia genera el 1% de lo que producen los países del Mercosur y el 0,5% de lo que se produce en el planeta. Aunque se incremente 10 veces más la producción boliviana, no se pasará el 4% y eso tendrá graves impactos socioambientales y productivos. Si Bolivia realmente desea ser competitiva, debe producir cultivos cualitativamente diferentes (no transgénicos y sin agrotóxicos) que sean destinados al mercado interno y que contribuyan a la salud de los consumidores. 

El excedente podrá ser exportado en mejores condiciones económicas ante una demanda global que exige cada vez más alimentos sanos. Continuar con la dependencia a los paquetes tecnológicos es matar a la gallina de los huevos de oro.

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